Welcome to Grecia

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En la última novela de Gioconda Belli aparece un pequeño texto de su libro Contra el fanatismo. Y por esas cosas de la coincidencia, en la lectura del libro y el inicio del viaje, me lo quedo.  Amos Oz dice así:

“Yo creo que si una persona está mirando una enorme calamidad, digamos que una conflagración, un incendio, siempre hay tres opciones principales.

  • Huir, tan lejos y tan rápido como sea posible.
  • Exigir que los responsables sean despedidos de sus cargos.
  • Agarrar un balde de agua y tirarlo al fuego y si no hay balde, buscar un vaso y si no hay vaso, buscar una cuchara, y sino una cucharita. Todo el mundo tiene cucharas y cucharitas. No importa que tan grande sea el fuego, hay millones de nosotros y cada uno que tiene una cucharita puede usarla para apagar el fuego”.

Sigue diciendo Oz que a él le gustaría establecer la Orden de la Cucharita: “Las personas que comparten mi actitud, no la de huir o la de exigir que otros se hagan responsables, sino la de la cucharita, querría que llevaran prendida en el pecho una cucharita que los identifique como miembros de la “Orden de la Cucharita”, y así todos los demás sepamos quienes estamos en la misma hermandad, en el mismo movimiento de hacer algo para apagar los fuegos del mundo”.

Un viaje a Grecia, no a sus maravillosas playas o monumentos y paisajes, no, a la Grecia en la que viven miles y miles de personas refugiadas esperando un corredor humanitario, un papel de asilo de un país de la UE, un gesto de los países con un mayor desarrollo político y social, y que se suponían defensores de los derechos humanos. Un gesto que no llega.

Hace un año que se inició un imparable éxodo (palabra griega) de personas que huían desde Siria, Afganistan y otros lugares, buscando un lugar para vivir en el que las bombas no amenazaran cada amanecer y en el que sus hijos puedan tener una vida en paz. Vivían bien, en muchos casos, con sus pequeños negocios y profesiones, hasta que sus vidas se desmoronaron igual que sus casas. Y decidieron marchar. Así lo relata Bilal durante un rato en el que compartimos una charla sentados a la sombra. Su pequeño hijo se va una y otra vez y Bilal paciente y cariñoso lo coge y lo sienta de nuevo -no, no puedes ir a ver a tu madre que está descansando- le explica al pequeño, que con sus dos años solo me mira y me sonríe antes de volver a correr en dirección a las tiendas. Una de ellas es la suya, verde, azul, marrón, o gris, cualquiera de las cientos de tiendas de campaña, con formato igloo,  que se agrupan con mucha cercanía en todos los campos. Tiendas que están hechas para vidas provisionales y que se están convirtiendo en permanentes. Bilal lleva ya tres meses viviendo en una de ellas.

© Mabel Pérez Simal

4 comentarios en “Welcome to Grecia

  1. Ana

    Muchos ánimos para lis miembros de la Orden de la Cucharita que nis representáis en Grecia en esta difícil coyuntura en que la generosidad de las personas superan y desborda la racanería de nuestros gobiernos. Benvidxs refuxiadxs!!!

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